Evolución del abandono de perros en España

El abandono de perros en España es un problema persistente y alarmante que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Aunque se han realizado esfuerzos significativos para reducirlo, aún queda mucho por hacer. Cada verano, miles de perros son dejados en refugios, calles y carreteras, porque sus familias no quieren llevarlos consigo durante sus vacaciones. Este fenómeno, que refleja una falta de responsabilidad y planificación, ha visto algunos cambios a lo largo de los años, tanto en términos de magnitud como de respuesta social y legal. Hablemos de las causas, las consecuencias y cómo podemos abordarlo.

Origen del problema

Durante las décadas pasadas, especialmente en los años 70 y 80, el abandono de perros durante las vacaciones comenzó a ser un problema visible en España. A medida que las familias multiespecie aumentaban lo hacía también el número de personas que no tenía consideración de lo que esto implicaba a largo plazo. Y en este marco las vacaciones se convirtieron en un momento crítico. La falta de opciones accesibles para el cuidado de perros durante las ausencias prolongadas y la escasa conciencia sobre la tenencia responsable de animales resultó en un aumento significativo de abandonos durante el verano.

En la década de los 90, la problemática del abandono de perros en vacaciones empezó a ganar atención pública. Las campañas de sensibilización por parte de asociaciones y protectoras de animales jugaron un papel crucial. Estas campañas buscaban educar al público sobre la responsabilidad de tener un perro y las alternativas disponibles para su cuidado durante las vacaciones, como residencias caninas y servicios de canguro a domicilio, así como las consecuencias del abandono para el animal.

Además, en esta época algunas comunidades autónomas comenzaban a introducir regulaciones más estrictas y sanciones por el abandono de animales. Estas leyes, aunque básicas, sentaron las bases para un marco legal que buscaba disuadir a las familias de abandonar a sus perros.

Con la entrada del siglo XXI, la infraestructura y las opciones para el cuidado de perros y gatos durante las vacaciones mejoraron significativamente. Se abrió una gran cantidad de residencias caninas y felinas, además de servicios de canguro y paseadores de perros que ofrecían cuidado personalizado. La popularización de las tecnologías también facilitó la conexión entre dueños de perros y cuidadores, mediante aplicaciones y plataformas en línea que permitían encontrar y reservar servicios de cuidado de manera sencilla y confiable.

La obligatoriedad de la identificación con microchip en perros que comenzó en algunas comunidades autónomas hasta ser obligatorio a nivel nacional, facilitó la identificación y recuperación de perros perdidos o abandonados. Este avance tecnológico ha ayudado a reducir el abandono, ya que las familias temían ser rastreados y sancionados.

Causas de abandono de perros en vacaciones

Falta de escrúpulos: Algunas familias nunca consideran al perro como un miembro de la familia o como un ser sintiente que sufrirá las consecuencias de sus actos, y sin ningún tipo de remordimiento dejan a su compañero de vida expuesto a todos los riesgos del abandono.

Falta de planificación: Muchas familias no planifican adecuadamente el cuidado de sus perros antes de las vacaciones. La falta de previsión resulta en decisiones apresuradas que pueden llevar al abandono impulsivo.

Factores económicos: Las dificultades económicas pueden hacer que las familias vean el coste del cuidado de su compañero canino durante las vacaciones como un gasto innecesario, optando por abandonarlos.

Desconocimiento: Aún existe un gran desconocimiento sobre las opciones disponibles para el cuidado de perros y sobre la gravedad de abandonar a un animal.

Cultura de reemplazo: Algunas familias consideran a los perros como bienes desechables, especialmente si han sido adquiridos impulsivamente, y no dudan en abandonarles cuando se convierten en un inconveniente.

Las consecuencias del abandono

El abandono de perros en vacaciones tiene serias consecuencias tanto para los perros como para la sociedad:

Para los perros: Los perros que han sido abandonados por su familia sufren de estrés, hambre, enfermedades y, en muchos casos, la muerte. Aquellos que son llevados a centros de recogida se enfrentan a la posibilidad de ser sacrificados si no son aptos para adopción, están enfermos o no hay lugar para ellos en ese centro. Aunque cada vez hay más centros con sacrificio cero, muchos perros debido al estrés pueden cumplir los requisitos para que sean considerados dentro de los requisitos para el sacrificio.

Impacto social y económico: Los refugios, protectoras y particulares que se encargan del rescate de perros se ven desbordados durante la temporada de vacaciones, lo que aumenta los costes operativos y la presión sobre los responsables, casas de acogida y los voluntarios. 

Soluciones

Para abordar el abandono de perros en vacaciones, es esencial una combinación de educación, legislación y recursos adecuados:

Educación y sensibilización: Las campañas educativas deben intensificarse y expandirse, enfatizando en la responsabilidad de la importancia de considerar a los perros un miembro más de la familia y profundizar en las consecuencias del abandono. Las escuelas, asociaciones y administraciones públicas deben jugar un papel crucial en la enseñanza de la tenencia responsable a cualquier edad.

Endurecer las leyes: Las leyes contra el abandono de animales deben ser más estrictas y aplicarse de manera consistente. Las sanciones deben ser lo suficientemente severas como para disuadir a los potenciales infractores.

Fomentar la adopción responsable: Prohibir la compra/venta y disuadir a los potenciales compradores, sobre todo evitando la compra impulsiva que favorece esa mentalidad cosificadora. Desde protectoras y refugios se debe seguir educando, concienciando, asesorando a los adoptantes y promoviendo la adopción responsable. 

¿Qué podemos hacer como particulares para luchar con esta lacra?

• Posicionarnos y concienciar a nuestro entorno.
• Exigir a nuestros representantes leyes más duras que sean efectivas.
• Colaborar con las asociaciones que rescatan.
• Si disponemos de los medios y los recursos, adoptar a un perro que busque hogar, priorizando siempre que sea posible a los olvidados, adultos, ancianos, de gran tamaño, más feitos, o complicados.