¿Por qué mi perro se lame o muerde las patas o la cola?
No es raro que un perro se muerda o lama las patas, pero sí que lo haga continuamente o con excesiva insistencia. Con esta sencilla frase, podemos distinguir una conducta normal de una situación que debería alertarnos.
La razón más habitual que lleva a un perro a mordisquear o lamer sus extremidades es algún tipo de incomodidad física (picor, molestia, dolor) que puede ser producida por factores tan diversos como sequedad de la piel, humedad, alergias o parásitos.
A menudo, no hay razón para asustarse y estas conductas son completamente normales, temporales y circunstanciales, pero sí es posible que, a veces, sean el antecedente de otros problemas. De este modo, voy a listar los problemas más comunes.
Como recomendación, hay que ser cautos y cautas, y observar siempre la intensidad de la conducta, el estado de las extremidades y la duración de la acción en el tiempo. Si se acentúa, lo mejor será que visites al veterinario.
Las causas habituales (problemas fisiológicos)
Dolores y molestias
Acostúmbrate a revisar las patas y las almohadillas de tu perro ante un comportamiento inesperado. Las piedras, uñas rotas, restos de plantas o similares, pueden molestarle al caminar y, rascándose o mordiéndose, estará intentando deshacerse de ellas; también puedes manipular la articulación de tu colega con cuidado para asegurarte de que no hay lesiones en huesos o músculos.
Humedad y piel seca
Las dos caras de la moneda: humedad excesiva y piel seca pueden llevar a tu perro a rascarse las patas. Tras un baño, vigila que las almohadillas, dedos y uñas queden secas para evitar que proliferen microorganismos.
Por el contrario, los perros con dermatitis pueden pasarlo bastante mal en épocas de frío.
Alergias y parásitos
Muchas veces, los animales reaccionan al picor de nariz u orejas mordiendo o lamiendo sus extremidades. Este comportamiento puede agravarse hacia infecciones bacterianas debido al rascado.
El veterinario puede comprobarlo, más o menos, rápido con una prueba de alérgenos; en cambio, las infecciones por parásitos son otro cantar: aun siguiendo el calendario de antiparasitarios internos y externos, tu perro puede coger pulgas o garrapatas, así que no lo descartes y consulta con tu especialista.
Cualquiera de los problemas anteriores suele suponer a un perro que se rasca/lame por más “de un rato”. Como ya he mencionado, la duración y la intensidad son las claves para saber cuándo la conducta es normal o cuando necesitamos ayuda profesional.
Otras causas: psicológicas (ansiedad o depresión)
Los perros que sufren ansiedad, aburrimiento, ansiedad por separación o están deprimidos pueden rascarse o lamerse como una conducta redirigida que, incluso, puede convertirse en estereotipia. En los casos más graves, podemos encontrar autolesiones.
En estos casos, el contexto o la falta de estimulación del animal están causando un trastorno donde el lamido o el “mordisqueo” son una exteriorización de una causa psicológica.
Para ayudar al perro, deberíamos:
Consultar con un especialista (etólogo clínico) y trabajar una modificación de la conducta con un educador canino
Enriquecer el contexto y mejorar los hábitos: paseos, estimulación mental, actividad física, menos tiempo solo, etc.
En algunos casos, incorporar fármacos y/o feromonas tras la consulta veterinaria
¡Espero que estos consejos te sean de ayuda!
Javier Ruiz, educador canino en Dogventura y educador ambiental por la UB. Redactor publicitario y autor de: De cómo los animales viven y mueren.